Escrito por XQ6FOD MANFRED MORNHINWEG KROHMER
En estos tiempos parece haber una verdadera competencia en las bandas de radioaficionados, titulada “Quién transmite más mal”. Es increíble la cantidad de colegas que teniendo equipos de HF perfectamente buenos, echan a perder su transmisión mediante el uso de una ganancia de audio absolutamente exagerada, a menudo aumentan aún más con preamplificadores metidos dentro de los micrófonos. Para usar una expresión de lolos: ¿Qué onda, loco?
Quisiera recordar a mis queridos colegas radioaficionados cuál es la manera correcta de ajustar el nivel de ganancia de audio de un transmisor de banda lateral única: Se activa la función del equipo para que el medidor marque el nivel del circuito de control automático de nivel de transmisión del equipo, comúnmente designado por su sigla en inglés “ALC”, y luego, mientras se transmite, se ajusta la ganancia de micrófono para que el medidor deflecte sólo en los momentos máximos de la modulación, sin jamás salirse del rango marcado como aceptable en el mismo medidor. Tan simple como eso. Haciendo esto, se obtiene la potencia de transmisión completa del equipo, sin comprimir, distorsionar ni desparramar excesivamente.
En muchos equipos es común que este nivel de modulación correcto se obtenga con la perilla de ganancia de micrófono en un nivel bastante bajo. Es decir, el equipo tiene una gran reserva de ganancia de audio. Solamente en equipos viejos (de antes de 1970) he visto casos en que se requiere un ajuste alto de esta perilla.
Si ahora agregamos un preamplificador de micrófono a este equipo, logramos dos cosas: En primer lugar, se hará difícil ajustar correctamente la ganancia de micrófono, ya que desde la posición tope baja, en que no sale transmisión, moviendo tan solo un milímetro ya nos pasamos a un nivel excesivamente alto de modulación! Es una permanente molestia operar de esta forma. Y en segundo lugar, la transmisión resultará más ruidosa que lo normal, debido al ruido que este preamplificador aporta. Mal que mal, ningún preamplificador es exento de ruido, y muchos de los que usan los radioaficionados son, además, de pésima calidad.
Entonces, el uso de un micrófono preamplificado no sólo es innecesario; Es absolutamente contraproducente, empeorando la calidad de la transmisión, en vez de mejorarla. El único caso en que un micrófono preamplificado resulta útil, es cuando se usa con un equipo viejo, que tiene tan poca ganancia de audio, que es necesario poner la perilla de ganancia en el máximo y luego gritar al micrófono, para obtener un nivel de modulación normal. Para estos tarros viejos fueron hechos los micrófonos preamplificados, y con ellos andan bastante bien.
Cosa distinta son los compresores, recortadores, o procesadores de voz. Lo que hacen estos circuitos es amplificar más las partes débiles de la voz, nivelándolas con las partes más intensas. Si bien estrictamente esto constituye una forma de distorsión de la voz, es útil para mejorar la inteligibilidad de la transmisión cuando el corresponsal tiene problemas en entendernos. Lo que se obtiene con un procesador de este tipo es una potencia promedio de transmisión más alta, sin alterar la PEP, que está definida por el equipo. En un caso típico, con equipos de 100 watts de salida, sin procesador podríamos obtener sólo 5 a 10 watts de potencia promedio, mientras con procesador esto podría subir hasta unos 30 watts, lo cual equivale a una mejoría de unos 6 decibeles, equivalentes a una unidad de señal. Todo esto sin deformar la modulación en forma molesta.
Está claro entonces que los procesadores de voz son útiles, siempre que sean de buena calidad, y correctamente utilizados. Eso sí que las distintas voces se benefician en distinto grado con estos dispositivos. En general, las voces agudas e intensas se benefician poco, mientras las graves y algo “apagadas” son las que más ganan con un procesador. Esto se debe a la distinta relación entre intensidad promedio y máxima que tienen las distintas voces, y también al hecho de que el ancho de banda normal de un equipo de banda lateral única deja fuera a las frecuencias fundamentales de las voces graves!
Los procesadores internos de los transceptores modernos suelen ser bastante buenos, pero los externos, incluidos en algunos micrófonos, cubren todo el espectro desde los excelentes hasta los pésimos. Un procesador de voz de mala calidad producirá distorsión severa, golpeteos tipo hipo, o ruidos. También hay algunos mal filtrados, que se realimentan con RF y autooscilan.
El error más común en el uso de los procesadores de voz es exagerar con la ganancia. El resultado de esto es una transmisión terriblemente ruidosa, en que la respiración, los ruidos del ambiente, ventiladores, a veces hasta los ladridos del perro del vecino, salen al aire exactamente igual de fuertes que la voz del operador, enmascarándola, haciendo más difícil su comprensión, y causando mucha fatiga auditiva al corresponsal. Es simplemente una falta de respeto salir de esta manera!
Como evitarlo? Bueno, muy simple: En primer lugar, se debe ajustar la ganancia según el nivel de ALC, tal como está descrito arriba. Pero si el procesador opera sobre un amplio rango, es necesario además hacer una segunda prueba: Con el transmisor activado y sin hablar, pero respirando delante del micrófono, no debe haber potencia de salida detectable en un medidor de potencia que marque cerca del máximo de escala al silbar. Si hay potencia de salida causada por la respiración, y por cualquier otro ruido ambiente, entonces es necesario bajar la ganancia de micrófono, o el nivel de compresión en caso de ser ajustable, hasta que esta potencia indeseable desaparezca.
Hay por ahí algunos radioaficionados que utilizan un ecualizador para reforzar los graves y agudos de su voz, y reducir los tonos medios, con la intención de obtener un mejor sonido en su transmisión de banda lateral única. Estos pobres individuos andan más perdidos que el legendario Teniente Bello! La transmisión en BLU jamás ha sido, ni nunca será, un modo de alta fidelidad! En primer lugar, al no estar enclavada en fase la portadora reinsertada en el receptor, todas las componentes de la voz se demodulan con fases al azar, y además ni siquiera la frecuencia de la portadora reinsertada puede ser exactamente correcta, lo que destruye las relaciones armónicas de las frecuencias que componen la señal de audio. Esto es lo que produce el característico sonido de la BLU, que no reduce la inteligibilidad, pero suena terrible si se transmite música. Además, estudios realizados en los años 1930, y confirmados durante muchas décadas de práctica operativa, muestran que la mejor inteligibilidad se obtiene concentrando la potencia en aquellas frecuencias que llevan la mayor parte de la información que va en la voz, que son los medios y agudos cercanos, desde 300 hasta unos 2700Hz. Por esta razón, todos los equipos de BLU vienen con este rango de respuesta por defecto, y sólo algunos hacen la concesión de permitirle al operador desplazar levemente este rango, si así lo desea. Claro, no faltan quienes le meten mano al equipo, y lo desajustan para dejar pasar los tonos graves, reduciendo su efectividad como equipo de comunicaciones, a cambio de darle la satisfacción al operador de que está saliendo con sonido más grave – aunque yo no veo cuál puede ser el mérito de esto.
En todo esto hay que tener en cuenta dos cosas: En primer lugar, la gran mayoría de los colegas opera con equipos que responden de 300 a 2700Hz. Si ahora alguien emite con un equipo modificado, que transmite el rango de casi 0 a 2400Hz, el corresponsal solamente escuchará el rango de 300 a 2400Hz, producido por la sobreposición de las respuestas de los dos equipos involucrados. Toda la energía contenida en el rango de 0 a 300Hz, se está perdiendo, así de simple. Y la otra cosa que hay que tener en cuenta es esta: ¡¡¡Uno debe transmitir como le guste al corresponsal, y no como le guste a uno!!! Mal que mal, él es el pobrecito que está obligado a escuchar el resultado de todo lo que se haya hecho con la transmisión! Y como estamos contactando a cada rato con corresponsales distintos, no podemos darle exactamente en el gusto a cada uno, y lo único sensato es transmitir de acuerdo a ciertos patrones establecidos como estándares, y en cuanto a la respuesta de frecuencia esto es 300 a 2700Hz, y no más ni menos que eso.
Si algún radioaficionado desea transmitir en alta fidelidad, puede hacerlo, pero en algún modo que se preste para esto! En FM se puede lograr excelente fidelidad, siempre que el ancho de banda sea amplio. En las bandas de UHF alto y microondas tenemos mucho espectro disponible para esto, y en VHF por lo menos se usa FM de banda angosta, que permite mucho mejor fidelidad que BLU. Me llama la atención profundamente que tantos colegas que intentan lo absurdo, como es obtener una transmisión de alta fidelidad en BLU en bandas decamétricas, pasan totalmente por alto la calidad del sonido en sus transmisiones en FM en la banda de dos metros, saliendo en esa banda casi sin modulación, o con pésima respuesta de frecuencia, cuando ahí sí que tendría sentido técnico aspirar a una transmisión de alta fidelidad!
Pero en onda corta el ancho de banda disponible no alcanza para alta fidelidad. Algo se puede hacer en onda corta, utilizando modulación de amplitud en vez de BLU, pero sólo en los horarios en que no hay congestión en la banda. He escuchado estaciones en AM con una calidad de transmisión magnífica, casi de alta fidelidad. Pero quien intente hacer esto mismo en BLU, ignorando las limitaciones esenciales de este modo, no pasa de la categoría de payaso. Hace reir a los demás con sus piruetas absurdas.
Uno podría pensar que con lo arriba descrito ya basta para transmitir pésimo, pero algunos radioaficionados tienen tanto amor por las transmisiones malas, que encuentran muchas otras formas de hacerlo. Por ejemplo, está el caso de CE3 quien estuvo literalmente años transmitiendo con un equipo en mal estado, que distorsiona la transmisión, a veces más y a veces menos, llegando a menudo a tal nivel de distorsión que la transmisión se hace ininteligible. Muchos colegas le hemos reportado el problema, y el lo tenía presente, pero insistía en transmitir con ese tarro en vez de arreglarlo, mandarlo a arreglar, o botarlo de una vez por todas. Lo peor es que transmitía los boletines de su radio club con ese equipo en mal estado, desprestigiando a la institución.
Pero no es el único. Una multitud de colegas transmiten con problemas de lloriqueo y corrimiento de frecuencia, debido al empleo de fuentes de poder de mala calidad, o diseñadas para otro uso, no para radio. Las fuentes de computador en general son capaces de dar la corriente que requiere un equipo de radio, pero muchas NO son capaces de mantener la regulación cuando la corriente fluctúa tan bruscamente como lo hace en un equipo de BLU!
Y también hay un gran número de víctimas de nuestras geniales autoridades nacionales, que en su infinita sabiduría y desde sus escritorios decidieron que los equipos electrónicos funcionan igual de bien con 200 que con 220 volts, pero consumiendo menos, y que por lo tanto es una maravillosa idea bajar el voltaje de línea cuando hay escasez de energía en el país. Desgraciadamente las leyes de la física no obedecen a nuestras autoridades, y muchos equipos NO funcionan bien con el voltaje reducido. La gran mayoría de las fuentes de poder lineales usadas en radiocomunicaciones no son capaces de mantener la regulación de su salida cuando son puestas a régimen de voltaje reducido en la entrada. Algunos colegas han compensado esta aberración de nuestras autoridades usando transformadores elevadores de tensión, otros usan baterías para estabilizar la baja tensión, y unos pocos tienen fuentes conmutativas que operan bien a esta tensión reducida (consumiendo un poquito más energía, eso sí, ya que a menor tensión de entrada sufre levemente la eficiencia). Pero todos los demás estuvieron transmitiendo con lloriqueos, leves en muchos casos, pero más severos en otros.
Una manera muy sutil de transmitir mal es mediante el uso de un equipo “aumentado en potencia”. Hay varios idiotas en nuestro país que desajustan el circuito de control de potencia de los equipos de BLU, para “desfrenarlos”, y dejarlos transmitiendo con una potencia PEP de 130, 140 o hasta a veces 160 watts, en vez de los 100 para los cuales han sido diseñados. Se creen superhéroes por haber descubierto “la papa”, y no entienden cómo los japoneses que hicieron los equipos podían ser tan tontos de no darse cuenta que moviendo ese potenciómetro el equipo salía con más potencia!
La verdad desgraciadamente es esta: Los equipos especificados para 100 watts de salida, SON EFECTIVAMENTE de esta potencia, Y NO MAS. Lo que ocurre es que la banda lateral única es un modo que require amplificación LINEAL. En el momento que alguna etapa del transmisor posterior al filtro de BLU deja de operar en forma lineal, se producen productos de intermodulación que interfieren en frecuencias adyacentes al canal que se está ocupando. Por eso existe el circuito de control de potencia, que limita la potencia de salida al máximo que el equipo es capaz de producir sin distorsión excesiva. Si ahora llega algún tontito a desajustar este circuito, el resultado es que la etapa de amplificación final comienza a operar en saturación, produciendo un desparramo terrible en las frecuencias adyacentes, y a veces hasta 100kHz arriba y abajo! Claro, el medidor de potencia queda marcando 140 watts, pero de éstos, ahora sólo unos 80 a 90 watts están en la frecuencia de transmisión deseada, mientras los demás 50 a 60 watts salen desparramados en toda la banda, interfiriendo a medio mundo! Esto es lo que se logra “aumentándole la potencia” a un equipo. Es una total falta de respeto hacia los colegas, un atropello a su derecho a compartir la banda. Es mejor ajustar bien el equipo, salir con 100 watts en la frecuencia de operación, y con no más que unos pocos milliwatts de desparramo. Así es como opera un equipo correctamente ajustado, y así vienen de fábrica.
La inventiva desplegada por los radioaficionados para salir mal es ilimitada. Usted no lo haga! Trate de salir bien, con nivel de modulación correcto, sin ruidos ambientales ni respiración, sin corrimientos de frecuencia, sin desparramo, y si escucha a alguien que sale mal, repórteselo! No sirve para más que un falso halago reportarle a alguien que “llega muy fuerte”, cuando además de llegar fuerte llega tan saturado, distorsionado, ruidoso y desecualizado que no se le entiende lo que dice! Las mejores transmisiones no son las más fuertes. Son las que se entienden mejor, y que interfieren menos. La calidad vale más que la fuerza bruta.