“Anoche, miércoles 12, ha quedado constituida en esta capital la nueva sociedad, el Radio Club de Chile, que se propone desarrollar los estudios radio-telegráficos y radio-telefónicos en todo el país, a fin de intensificar las aplicaciones prácticas de este ramo”.
De esta forma, el 13 de julio de 1922, hace casi 9 décadas, el diario El Mercurio informó a la nación y al mundo, del nacimiento de la primera institución de radioaficionados en nuestro país, que con el transcurrir de los años se constituiría en lo que es actualmente: La Casa de Todos, el Radio Club de Chile.
Este hito en las radiocomunicaciones chilenas, se debe a la inspiración y visión de futuro de un verdadero pionero, Enrique Sazié, y de otros genios de la época.
Sin embargo, mucho antes de esa fecha, los radioaficionados comenzaron sus actividades y experimentaciones, que luego, un mes más tarde, en agosto de 1922, servirían de base para la creación de la primera emisora de nuestra radiotelefonía.
La radio surgió para resolver una necesidad que ha existido desde la formación de las primeras comunidades: intercomunicación a distancia entre los seres humanos.
Algo tan utilizado hoy en día, de muy diversas dimensiones y potencia, al cual damos un valor relativo debido a su masificación, fue en otro tiempo objeto de admiración, escepticismo e incalculables días dedicados a la investigación.
Al conjunto de técnicas de emisión de ondas hertzianas que permiten la transmisión de la palabra y de los sonidos se le denomina: Radiodifusión.
Para llegar a este concepto numerosas personas debieron pasar años experimentando. Todos ellos han aportado algo a la radiodifusión. Quienes fueron y con qué colaboraron, es algo desconocido para muchos oyentes.
La historia de la radiodifusión se remonta, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando Guillermo Marconi aporta la telegrafía sin hilos.
Marconi coordinó hábilmente el carrete de Ruhmkorff, la antena del ruso Popoff y el cohesor de Branly. Con estos cuatro elementos básicos puso en acción la transmisión, en mayo de 1896, las primeras señales de un punto a otro. La experiencia se llevó a cabo en el patio de su propia casa, extendiéndose más tarde a un punto “más allá de las colinas” de la campiña que circundaba su hogar: la telegrafía sin hilos había sido inventada. “The Marconi Wireless Teleghaph Signal Co.”, como se llamó en definitiva la empresa para utilizar comercialmente su invento, daría sucesivamente nuevos y sorprendentes avances.
Los trabajos realizados hasta entonces por Marconi eran todavía transmisiones telegráficas en clave Morse. No fue sino en 1906 que el canadiense Reginald A. Fessenden logró transmitir el sonido de la voz humana y de instrumentos musicales.
Fue la Nochebuena de 1906, cuando los radiotelegrafistas de los barcos que navegaban por el Atlántico, frente a las costas de Estados Unidos escucharon por primera vez una voz que les hablaba en sus auriculares. Aquella noche memorable diversas personas hablaron por el inalámbrico; una pronunció un discurso, otra leyó un poema e incluso alguien tocó el violín. Este fue el nacimiento de la radio.
La humanidad tuvo exacta conciencia de la utilidad de la comunicación radial, cuando por primera vez fue posible socorrer, gracias a oportunos llamados radiales, a grandes grupos de personas en peligro, especialmente en accidentes marítimos.
Es así como el 23 de enero de 1900, un llamado por radio al rompehielos “Yermak” permitió salvar a un pequeño grupo de pescadores en las cercanías de la isla Hegland, en el Mar Báltico; el 14 de abril de 1912, el famoso barco “Titanic” se hundía con 1.503 personas. Un oportuno llamado al “Carpathia” permitía salvar a 710 sobrevivientes.
Sin duda este invento marcó un antes y un después en la historia humana, marcó el inicio de la globalización.
Uno de los pioneros de la radiodifusión en Chile fue Enrique Sazié, quien junto a Arturo Salazar, sentaron las bases para lo que es hoy la radio.
Enrique Sazié Herrera, CE 3 XX, en1922, en una sala de la Universidad de Chile, reunió a los aficionados a la radio para formar el Radio Club de Chile, cuyo primer Presidente fue Harvey Diamond, cuya señal de llamada o característica fue CNN-AA.
El gran anhelo de Sazié era ofrecer programas al público. Con ese fin comenzó a construir un transmisor en el laboratorio del profesor Salazar, para lo cual solicitó la colaboración del Batallón de Comunicaciones del Ejército, que le facilitó tres lámparas Telefunken de cincuenta vatios cada una. Una vez conseguido el transmisor, se dedicó a construir el receptor, que colocaría en el segundo piso del edificio del Diario El Mercurio.
El trabajo no fue fácil, como lo relata el propio Sazié en esta grabación histórica.
Así las cosas, el éxito no estaba asegurado. No existían elementos. Pero el tesón del pionero pudo mas, como el propio Sazié lo cuenta.
El día sábado 19 de agosto de 1922 unas 100 personas se congregaron en el hall del diario El Mercurio, para una velada organizada por Arturo Salazar y Enrique Sazié. El motivo de esta invitación era presenciar la primera transmisión radial en nuestro país.
La audiencia comenzó escuchando la marcha “It’s a long way to Tipperary” que era la canción de los aliados durante la Primera Guerra Mundial.
Los presentes se miraron con sorpresa e, incluso, algunos pensaron que había alguien escondido detrás de las cortinas de la sala.
Con esta canción se dio inicio a la radiofonía chilena.
La primera transmisión chilena tuvo un alcance de 100 kilómetros, fue escuchada en La Moneda, la Escuela de Artes y Oficio y en Puerto de Valparaíso. Cerca de medio millón de personas oyeron esta transmisión, estos auditores fueron principalmente radioaficionados y personas que, estando al tanto del furor que había causado en el exterior este aparato, construyeron sus propios receptores a “galena”.
Sin embargo, en esa época existían sólo unos 250 receptores en Chile, ya que cada transmisor tenía un costo de 200 a 350 pesos (un fundo de 20 cuadras costaba alrededor de 600 pesos chilenos).
Esta primera transmisión no causó un gran impacto en el país, como ocurrió en Estados Unidos, Europa o Argentina.
La radio fue considerada en Chile sólo como un instrumento curioso que servía para escuchar “conciertos en la casa”.
Sin embargo, los pasos dados por Sazié nos convertirían en uno de los primeros países del continente en lograr este importante avance tecnológico, como el mismo lo comenta.
Durante este período se dieron algunos hitos que marcaron la presencia de la radiofonía como un espacio en que constantemente estaba presente la actualidad nacional.
El 21 de mayo de 1924 el Presidente Arturo Alessandri Palma entregó el primer Mensaje Presidencial transmitido en directo.
Ese mismo año, se emitió un discurso del Papa Pío XII que provocó tal expectación que algunas personas se arrodillaron frente a los receptores exhibidos en algunas tiendas.
Era el primer mensaje de un Sumo Pontífice que se escuchaba en directo en nuestro país.